El XK8 fue un Jaguar que demostró lo que se le daba bien a la marca: la construcción de elegantes Gran Tourers para los entusiastas. Como el felino negro mostraba un potencial demasiado discreto para algunos, en 1998 se presentó una variante con un ADN considerablemente más deportivo: el Jaguar XKR.
El mismo V8 como fuente de potencia, pero con un gran sobrealimentador Eaton que aseguraba que se sacaran casi 100 caballos británicos extra de la cuadra cuando se pisaba el acelerador. Además, el chasis se afinó mucho más y los frenos se fastidiaron. Con las fuerzas extra sobre el coche, la propia caja de cambios de Jaguar no tardó en fallar. Por eso "tomaron prestada" una caja de cambios Mercedes, que resulta muy agradable y fiable.
En 2001, Jaguar regresó a la Fórmula 1 bajo las alas de Ford. Para celebrarlo, Jaguar lanzó una variante del XKR que había vuelto a pasar por el gimnasio: el XKR Silverstone. Las grandes llantas BBS de 20 pulgadas, las barras estabilizadoras más rígidas, la suspensión/amortiguación más dura y los frenos Brembo dieron lugar a un Jaguar realmente no apto para cardíacos. Sólo se fabricaron 200 unidades para el mercado europeo y 100 para el americano.
Todo esto, sumado a sus orígenes holandeses, su buen estado de mantenimiento y sus bellas líneas, hacen de él un ejemplar único de Cool Classic .