Un Bentley Continental GTC es en sí mismo una deliciosa mezcla de refinamiento británico y precisión alemana, y que éste sea único. Este diamante (recién) tallado puede ser también uno de los pocos que se coronen con el título de Mulliner. ¿Un poco excesivo? Volveremos sobre ello más adelante.
Las raíces de Mulliner se remontan al siglo XVI. Por aquel entonces, Mulliner desarrollaba carruajes de lujo tirados por caballos. En 1923, Bentley y Mulliner unieron sus fuerzas y desarrollaron el primer Bentley biplaza de 3,0 litros. A principios de la década de 1950, lideraron uno de los Bentley más icónicos jamás construidos, el R-Type Continental. Este modelo es la inspiración de este GTC Mulliner.
Este carrocero construye opciones premium en el súper estilizado Grand Tourer. Mulliner tiene su propio taller en Crewe, bajo el allí se ocuparon de éste.
Como ya se ha mencionado, un diamante recién tallado. Este es de hecho el primer Mulliner holandés entregado. Uno que ha sido pulcramente mantenido y ha realizado sus horas de rodaje necesarias, énfasis en necesarias. El primer y único propietario lo ha recorrido un total de sólo 6.600 kilómetros. El Mulliner es rico en opciones, incluyendo el hermoso interior de cuero acolchado, llantas de aleación de 20″ Split Rim y especificaciones de conducción Mulliner. El corazón consiste en un bloque W12 de 6.0 litros que entrega 559 CV y 700 Nm de par con agilidad. Una mezcla formada por prestaciones deportivas, lujoso confort y elegancia son los pilares del disfrute en estado puro, ¿no crees?
Por lo que a nosotros respecta, se trata de un ejemplar ultra lujoso que abrirá encantado su techo para ti y pondrá sus doce cilindros aún a pleno rendimiento. Acomódate en los asientos de cuero que aún huelen a nuevo, ¡y a la Riviera!